Cordeles, cilicios; sumisión. Dolor, placer; consagración. Tortura, éxtasis; enajenación. Martillos, dedos; revelación. Cadencia, música; exaltación. Sudar, sangre; crucifixión.
Palabras... Palabras que contemplan el renacer de la piel a manos del deseo... Un deseo desorbitado, amañado, manipulado, sobrevalorado pero sobre todo despiadado. Una eterna guerra desesperada, por poseer y ser poseídos... ¿Soñamos o arañamos la verdad?
Cuerpos desnudos, excitados, orgía de manos, piernas y sexos enfebrecidos. Contorsiones extrañas, caricias cuasi oníricas, despertares enjaulados víctimas de la deflagración de la concupiscencia salvaje pero únicamente humana.
Erotismo o sexo brutal, es indiferente, una vez suena la trompeta, todos los combatientes acuden a la cita, enardecidos, dispuestos a dar hasta la última gota de sus fluidos corporales, lamiendo y relamiendo, recogiendo esencias esenciales, que alimentan y fagocitan nuestra alucinación sensorial; dedos, penes, coños peludos y rasurados, tetas, culos, semen volando, lenguas avariciosas y cazadoras al aire de todo lo que vuela.
Saliva, calor, obsesión, carne a kilos remozada en lascivia... Aquelarre sin fin, aullidos de placer, susurros de dolor, respiración entrecortada, jadeos y gritos exigiendo más y más duro, y más adentro, y más deprisa, la locura impera.... Sexos abultados, doloridos, escocidos, sangrantes pidiendo, suspirando , suplicando, un pedacito de.... a m o r.
¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿AMOR??????!!!!!!
¡¡¡¡NO!!!!
La orgía calló, todo se derrumbó, apareció la venganza, la posesión insana, los celos, y ya nada fue igual; la pasión se volvió criminal. El goce murió: R.I.P. El sexo se volvió sucio y el deseo privado a una sola habitación, a un solo cuerpo, a una locura intransferible. El erotismo se refugió en la mente del soñador, dedecimonónico romántico.
La verdad se escondió, para dar paso a la mentira, a la traición y yo sigo preguntándome:
¿¿¿Arriba el sexo???
¿¿¿Abajo el amor???
¿¿¿Qué fue primero???
Después de pensar, creo que no hay color, desde que el amor apareció, sólo ha habido destrucción, me refiero a un amor que implique una relación de pareja, que es lo más habitual.
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