Otra vez ha vuelto tu recuerdo hasta mí, tu iris gatuno, tu sonrisa amplia y franca, tu mano junto a la mía, y he vuelto a sentir una necesisdad imperiosa de tenerte junto a mí, de mirarme en tus ojos y descubrirme por dendtro, y...
¿Cuántos años ya?... ¿8? ¿10? no sé, pero muchos...
Vuelvo a Alicante después de todo este tiempo y tengo tantas ganas como miedo de verte, ¿te llamaré?... No sé, no sé nada de lo que haré, pero sé que te echaré de menos, si voy y no te llamo, si estoy allí y no te comparto con el mar.
Sí, sé que las cosas han cambiado, que nosotros hemos cambiado, que todo se ha dado la vuelta, pero... ¿qué más nos da? Siempre fuiste especial, siempre lo serás por que nuestra relación va más allá de lo estrictamente normal, de lo comúnmente aceptado, y sabes como yo, por que te siento siempre, que nuestro destino está enlazado desde un tiempo que se pierde en la memoria de los hombres.
Sé que tu mujer me teme, y no está agusto cerca de mí, o por mejor decirlo no está segura si estamos cerca el uno del otro, tampoco me apetece verte a escondidas, por que ninguno de los dos persigue fines destructivos ni para nosotros ni para nuestras familias, pero aún así se hace incomodo.
Hay cosas que sólo podemos compartir entre nosotros, ni siquiera nuestras respectivas parejas nos entienden, hay miles de razones por las que nos hemos de ver, y hay otras pocas de razones que nos lo impiden, pero aún así contactaré en mis sueños contigo... Hace tanto que no lo intento que no sé si sabré hacerlo, ni sé si podré localizarte, pero lo intentaré para estar segura de llamarte o dejar que siga fluyendo la vida y esperar...
Carlos... te quiero tanto...
Besossssss