cada día estoy más loca
cada vez estoy más fuera de mí
no quiero buscarme
no quiero ser
quiero ser una piedra sin forma
un suspiro del ayer
un trozo de árbol partido que se clava en tu espinilla
un agujero en el cemento
un mar flotando en el aire
no quiero seguir siendo
lo que he sido hasta hoy
miércoles, 18 de mayo de 2011
sábado, 14 de mayo de 2011
OTRA AUSENCIA EN LA MOCHILA
Ya te conocía tiempo atrás, cuando tu hijo se fue por la leucemia con 18 años, y antes aún.
Aún así nunca pensé que por tu sangre corriese el veneno de la escritura.
Y mucho menos que fueras poeta.
POETA, con mayúsculas.
Y te fuiste, con una sonrisa para mí,
y con la promesa de las letras impresa en mi alma.
Cuando llego con el coche se me aparece tu cara, y pienso: -Joder!! Tengo que hablar con él. Se me ha ocurrido una idea que puede ser buena-...
O quizá recuerde tu caminar renqueante después de la operación de tu rodilla, o tu sonrisa campechana, o ese imperecedero cigarrillo en tu mano derecha, como si fuese un apendice natural de ella.
Y todo para acordarme de repente, sí, como todo sucedió, repentinamente..., y con un vuelco en el corazón que no por repetido duele menos, irreflexivo y contudente, brutal como cuando fui conciente de la situación, de que ya no podré reirme contigo, ya no podremos volver a charlar o discutir, de que simplemente YA NO, NUNCA MÁS, NADA.
Y bajo mi cabeza y la enfrento al suelo y sigo mi camino, con una ausencia más, con un amigo menos.
Y te echo de menos y quisiera no escribir nunca más pues el hecho de hacerlo te trae a mi memoria, y un suspiro desordenado se escapa dejando al dolor volando por mi habitación.
Y recuerdo tus últimas palabras que fuera de contexto vienen que ni pintadas: "YA TE LLEGARÁ " con tu voz profunda y grave acusada por el abuso del tabaco...
Pues eso espero compañero: que me llegue.
Aún así nunca pensé que por tu sangre corriese el veneno de la escritura.
Y mucho menos que fueras poeta.
POETA, con mayúsculas.
Y te fuiste, con una sonrisa para mí,
y con la promesa de las letras impresa en mi alma.
Cuando llego con el coche se me aparece tu cara, y pienso: -Joder!! Tengo que hablar con él. Se me ha ocurrido una idea que puede ser buena-...
O quizá recuerde tu caminar renqueante después de la operación de tu rodilla, o tu sonrisa campechana, o ese imperecedero cigarrillo en tu mano derecha, como si fuese un apendice natural de ella.
Y todo para acordarme de repente, sí, como todo sucedió, repentinamente..., y con un vuelco en el corazón que no por repetido duele menos, irreflexivo y contudente, brutal como cuando fui conciente de la situación, de que ya no podré reirme contigo, ya no podremos volver a charlar o discutir, de que simplemente YA NO, NUNCA MÁS, NADA.
Y bajo mi cabeza y la enfrento al suelo y sigo mi camino, con una ausencia más, con un amigo menos.
Y te echo de menos y quisiera no escribir nunca más pues el hecho de hacerlo te trae a mi memoria, y un suspiro desordenado se escapa dejando al dolor volando por mi habitación.
Y recuerdo tus últimas palabras que fuera de contexto vienen que ni pintadas: "YA TE LLEGARÁ " con tu voz profunda y grave acusada por el abuso del tabaco...
Pues eso espero compañero: que me llegue.
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